Más allá de nuestro deseo de ser respetuosos con el medio ambiente, es también y sobre todo a nuestros consumidores a quienes queremos dedicar nuestras exigencias.
Para producir un vino de Saint-Emilion, hay que seguir las reglas de la denominación de origen y, por tanto, los rendimientos impuestos (hectolitros/hectárea). ¡Pero somos libres de decidir en las mezclas!
Por ejemplo, para nuestro vino Joseph D'Aragon, que tiene una mezcla particular por mayoría Cabernet Franc, nos reservamos el derecho de no hacerlo todos los años.
En efecto, si durante la degustación de ensamblaje estimamos no tener suficiente cabernet-franc para poder producir un Joseph d'Aragon digno del paladar de nuestros consumidores preferimos no hacerlo para esta añada.
Por lo tanto, nos reservamos el derecho de no producir nuestro Joseph d'Aragon cada año para conservar su tipicidad y su sabor afrutado en lugar de producir un vino de menor calidad.