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La decisión de optar por una agricultura respetuosa con el medio ambiente se deriva ante todo de nuestro profundo interés histórico y familiar por el bienestar del planeta. Según la CNIV en 2019, Francia produjo 4.200 millones de litros de vino, es decir, el 17% de la producción mundial. Es el segundo productor mundial de vino por detrás de Italia en volumen.
Con cerca de 500.000 empleos directos e indirectos generados en el territorio francés, la viticultura es la primera actividad del sector agrícola. Para nosotros, por tanto, era primordial adaptar nuestras técnicas y nuestros hábitos de trabajo y ser protagonistas del cambio necesario en este sector.
La biodiversidad y la viticultura están íntimamente relacionadas y hay mucho en juego para el sector vitivinícola cuando se trata del calentamiento global.
Entonces, ¿cuáles son estos desafíos principales y qué soluciones hemos decidido adoptar para poder, a nuestro nivel, proteger nuestro planeta y reducir nuestro impacto?
¿Cómo afecta el cambio climático a la producción de vino?
El calentamiento global es un fenómeno global de transformación del clima caracterizado por un aumento general de las temperaturas medias. Con los fuertes calores y los aumentos de las temperaturas, las vides crecen mucho antes de lo habitual y, por lo tanto, están más expuestas a las heladas. Por eso hemos adoptado una poda tardía que permite a las vides crecer lo más tarde posible y ser más resistentes frente a los episodios de heladas primaverales que son recurrentes ahora.
¿Qué soluciones hemos adoptado para salvar nuestra viticultura?
Científicos franceses del Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente (INRAE) han realizado un estudio destinado a hacer un balance de las consecuencias de este cambio climático sobre el vino. También propusieron posibles soluciones para salvar los viñedos.
En el Château Beaurang, nos sentimos muy involucrados en el mantenimiento de la salud de nuestros viñedos. Por lo tanto, hemos seguido estos consejos, pero también hemos encontrado soluciones que nos permitirían cuidar nuestras propias viñas.
Certificación AVA: ALTO VALOR AMBIENTAL
Se trata de una certificación medioambiental que distingue a las explotaciones cuyos modos de producción son especialmente respetuosos con el medio ambiente.
La explotación debe razonar sus prácticas a escala de la explotación, sigue principios de la agroecología. La certificación AVA demuestra esta excelencia medioambiental en 4 ámbitos: biodiversidad, estrategia medioambiental, gestión de la fertilización y riego (esta última no se refiere a la viticultura).
La explotación vuelve a situar la naturaleza y la agronomía en el centro de la actividad agrícola; se habla de biodiversidad, interacciones naturales, suelos vivos, ingeniería vegetal, agronomía dinámica e independencia respecto a los insumos.
El Château Beaurang está certificado AVA desde 2019. Para cumplir estas condiciones, hay que respetar el medio ambiente que se ha mantenido durante generaciones, en consonancia con nuestras tradiciones y nuestros valores que se nos han transmitido. La selección de los productos fitosanitarios utilizados y la reducción de las dosis empleadas nos permite respetar la certificación medioambiental AVA, pero también prestar atención al medio ambiente que nos rodea, teniendo un viñedo en un estado sanitario satisfactorio.
La hierba natural y el corte racional
Hemos optado por instalar en nuestros viñedos una hierba natural y un corte razonado . Entre las filas de vid conservamos la hierba que crece naturalmente: es un verdadero activo para la vid y gracias a las plantas bio-indicadoras tenemos informaciones sobre el estado del suelo (carencias). Los principales beneficios de este método son tanto la conservación de la fauna auxiliar como el fomento de la biodiversidad. Estas técnicas son sencillas y eficaces, basta con dejar que la naturaleza haga su trabajo y adoptar un corte más sostenible y razonado, no cortando todas las parcelas al mismo tiempo y no demasiado cansado para dejar espacio a los insectos amigos que viven allí, se reproducen y se alimentan.
Limpieza y mantenimiento de nuestras cubas
Nuestra participación por el planeta no termina con la salida de nuestros viñedos, sino que continúa hasta la bodega. Por ejemplo, para toda la limpieza de nuestros tanques, ya sean de acero inoxidable o de hormigón, hemos tomado la decisión de no utilizar ningún producto de mantenimiento nocivo, sino utilizar únicamente vapor de agua caliente. ¡Porque sí, el vapor tiene un gran poder desinfectante!
Soluciones para combatir el calentamiento global
De la biodiversidad medioambiental de los viñedos a la creación de la biodiversidad vitícola mediante la utilización de los recursos genéticos, solo hay un paso. La disminución de los usos de los productos fitosanitarios se inscribe perfectamente en el contexto de la producción integrada (es decir, una práctica agrícola que tiene en cuenta todos los elementos, hombres, medios, medio ambiente...) que hemos decidido establecer.
El enfoque global, desde el mantenimiento del suelo hasta la conservación de la fauna auxiliar, que adoptamos nos garantiza una producción de alto valor añadido para una biodiversidad equilibrada. El monocultivo se convierte entonces en una importante fuente de diversidad genética y biológica.
El cuidado de nuestros viñedos, nos permite ofrecer un producto de calidad de la que estamos orgullosos y que corresponde a los valores de nuestra familia y nuestro legado.
